EUROPA
PRESS
26 febrero
2020
Trucos
con los que movernos más en nuestro día a día: ¡di no al sedentarismo!
No tenemos elección. Todos nos tenemos
que mover desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. La diferencia está
en cómo lo hacemos. La calidad de nuestro movimiento, el confort, el que no nos
duela nada al movernos, o nos cansemos al hacerlo. La vida es moverse.
Así lo defiende en una entrevista con Infosalus
el entrenador personal y educador para el movimiento Rober
Sánchez, con motivo de la publicación de su libro 'Camina, salta, baila.
Muévete más y vive mejor' (Plataforma Editorial), en el que defiende las
bondades sobre el movimiento y cómo éste redundará en nuestra calidad de vida.
Con ello, este especialista remarca las diferencias entre
moverse y hacer ejercicio porque, aunque no lo hayamos
pensado nunca, no son lo mismo: "Hacer ejercicio lo sabe todo el mundo, es
dedicar un tiempo del día o de la semana a, de forma intencionada, hacer una
actividad física, como un deporte, pesas, gimnasio, o una clase dirigida, algo
intencionado; en cambio, moverte engloba hacer ejercicio pero es la actividad
física que haces desde que te levantas por la mañana hasta que te acuestas. No
tenemos opción con ello. Luego hay matices de cómo nos estamos moviendo".
A su juicio, nos convienen las dos cosas, como son
diferentes, lo que pasa es que llama la atención sobre el hecho de que
deberíamos movernos más, no en el sentido habitual de la cantidad, el hacer más
ejercicio o correr más kilómetros, quemar más calorías o levantar más peso,
sino en el sentido de la frecuencia, que es lo que nos haría romper el
sedentarismo.
Asimismo, recuerda que es necesario que nos movamos también
más por la amplitud de los movimientos, ya que en nuestro día a día limitamos a
nuestro cuerpo a esos movimientos repetitivos del trabajo, cuando en realidad
el cuerpo tiene más posibilidades de moverse. "Debemos hacer cosas más
difíciles, y que sean un reto para nosotros a nivel mental, y que nos hagan
desconectar cuerpo y cerebro, que es el encargado de movernos y a veces con esa
actividad muy repetitiva o que no conlleva movimiento, no nos estimula el
cerebro", remarca Sánchez.
Sobre la frecuencia con la que practicar ejercicio físico,
el entrenador personal reseña que todo depende de la persona, de su edad, de
sus intereses y condiciones físicas, si bien más o menos calcula que, aparte
del movimiento diario que toda persona realice, se debe practicar ejercicio, de
una a dos horas al día, y 3 o 4 días a la semana.
"Se entiende que en ese tiempo la actividad es
vigorosa, exigente, y el cuerpo no siempre tiene que estar expuesto a ese
estímulo. Quienes hacen más ejercicio son los deportistas de élite y sabemos
que su carrera tiene una caducidad, más cuanto más exigente es su disciplina,
por eso ese tiempo", añade Sánchez.
Movimientos que
mejorar
Sobre los movimientos que podríamos mejorar o incorporar en
nuestro día a día, aquellos que no hacemos muy a menudo y que son muy
importantes para la salud, no solo desde el punto de vista mecánico, sino por
las cosas que pasan dentro del cuerpo, Sánchez menciona:
1.
Deberíamos pasar más tiempo agachados, y de diferentes
maneras, moviéndonos a esas alturas bajas.
2.
Suspendernos más en el aire, agarrándonos a una barra, por
ejemplo, a la vez que mover más los brazos en el aire, por encima de la cabeza.
"Toda nuestra vida ocurre en una altura muy accesible y perdemos la
habilidad de agacharnos y de hacer cosas en el suelo, y cosas por encima de la
cabeza", matiza el especialista.
3.
El vivir el mayor tiempo posible casi descalzos, o en el
caso de utilizar zapatos, que estos interfieran lo mínimo posible con la
mecánica del pie, con su movimiento, y con su sensibilidad, que es lo que
dictamina cómo se va a mover. "Descalzarse tiene un impacto más alto del
que nos pensamos porque en realidad los pies son el punto de contacto y apoyo
con el suelo, y desde ahí se origina gran parte de nuestro movimiento",
argumenta Sánchez.
4.
Interrumpir nuestras horas sedentarias con más frecuencia e
intentar no pasar más de hora y media sentados. Interrumpir estos periodos muy
a menudo, y hacer ejercicio intencionadamente, dedicarle horas intencionadas a
la práctica de cualquier deporte; "moverse más no excluye hacer ejercicio
sino que está incluido", recuerda.
Razones por las
que movernos más
Finalmente, el educador para el movimiento Rober Sánchez enumera estas 4 principales razones por las
que debemos movernos más:
1.
Debemos movernos más por salud, y no solamente la salud que
nosotros concebimos como corporal, con cómo se mueve el cuerpo, sino también
por la salud de nuestras articulaciones, de nuestra salud circulatoria, para
estimular la salud hormonal que regula mucho el movimiento, o incluso por una
mejor digestión o capacidad respiratoria. "Por encima de todo, se encuentra
nuestra salud neurológica, ya que la mayor proporción del trabajo del cerebro
se dedica al movimiento del cuerpo, y de nuestras vísceras, a nuestro
corazón", remacha Sánchez.
2.
Para no atrofiarnos. También el movimiento tiene beneficios
a nivel de tener más capacidades físicas a la hora de hacer frente a las
exigencias del día a día, que éstas no nos supongan cada vez más esfuerzo
físico o cansancio, o que nos duelan las articulaciones, por tenerlas
'dormidas'.
3.
Hay que moverse más también por verse bien, la parte
estética también es importante.
4.
Nos debemos mover más porque tenemos la posibilidad de
hacerlo. "Es un regalo de la vida que si no lo hacemos llegará un momento
en el que no podremos y lo echaremos de menos", sentencia Sánchez.